viernes, 25 de enero de 2013

El evento Tunguska.

Hace poco mas de 104 años,el día 30 de junio de 1908,en la región conocida como Tunguska (Evenkía, Siberia, Rusia), se produjo una explosión aérea de elevada potencia. La explosión calculada  a unos 5.000 metros sobre la superficie, arraso un área estimada de 60 km de diámetro de bosques .La energía liberada en la explosión fue de unos 10 a  30 megatones.



Descripción del suceso.

Un bólido, de unos 80 m de diámetro, detonó en el aire. La explosión fue detectada por numerosas estaciones sismográficas y hasta por una estación barográfica en el Reino Unido debido a las fluctuaciones en la presión atmosférica que produjo. Incendió y derribó árboles en un área de 2.150 km², rompiendo ventanas y haciendo caer a la gente al suelo a 400 km de distancia. Durante varios días, las noches eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial. En los Estados Unidos, los observatorios del Monte Wilson y el Astrofísico del Smithsonian observaron una reducción en la transparencia atmosférica de varios meses de duración, en lo que se considera el primer indicio de este tipo asociado a explosiones de alta potencia.
La energía liberada se ha establecido, mediante el estudio del área de aniquilación, en aproximadamente  10 a 30 megatones. Si hubiese explotado sobre zona habitada, se habría producido una masacre de enormes dimensiones. Según testimonios de la población tungus la etnia local nómada de origen mongol dedicada al pastoreo de renos que lo vio caer, «brillaba como el Sol». Informes del distrito de Kansk (a 600 km del impacto), describieron sucesos tales como barqueros precipitados al agua y caballos derribados por la onda de choque, mientras las casas temblaban y en los estantes los objetos de loza se rompían. El maquinista del ferrocarril Transiberiano detuvo su tren temiendo un descarrilamiento, al notar que vibraban tanto los vagones como los raíles.

Estudios del suceso.

El estudio del suceso de Tunguska fue tardío y confuso. El gobierno zarista no lo consideró prioritario —algunas fuentes indican que tenían mucho interés en hacerlo pasar por una «advertencia divina» contra la agitación revolucionaria en curso—, y no sería hasta 1921, ya durante el gobierno de Lenin, cuando la Academia Soviética de Ciencias envió una expedición a la zona dirigida por el minerólogo Leonid Kulik. El clima permitió que la alteración de las huellas del impacto fuera muy poca. Hallaría un área de devastación de 60 km de diámetro,pero ningún indicio de cráter, lo que le resultó sorprendente. En los años siguientes hubo varias expediciones más; en 1938 Kulik realizó fotografías aéreas de la zona, lo que puso en evidencia una estructura del área de devastación en forma de «alas de mariposa». Esto indicaría que se produjeron dos explosiones sucesivas en línea recta. En los años 50 y 60 otras expediciones hallaron microlitos cristalinos muy ricos en níquel e iridio enterrados por toda la zona, lo que refuerza la teoría de que pudo tratarse de un objeto natural de origen extraterrestre. También se encontraron pequeñas partículas de magnetita.
Fotos 1926
Una expedición italiana que viajó a la zona en 1999 ha anunciado en 2007 que ha encontrado un cráter (el lago Cheko) asociado al suceso. Se trataría de un cráter de unos 50 metros de profundidad y 450 de diámetro localizado a 5 km del epicentro de la explosión. Los científicos afirman que han estudiado anomalías gravitatorias y muestras del fondo del lago que revelan este origen. Además, no hay testimonios ni mapas que avalen la existencia de este lago con anterioridad a 1908. Creen que se trataría de un fragmento menor del cuerpo impactante (cometa o asteroide) y que chocó a velocidad reducida. No obstante, los resultados de esta expedición no son definitivos, puesto que habría que obtener muestras más profundas. Algunos científicos han puesto en duda esta hipótesis, ya que consideran extraño que se generara sólo un cráter menor, en vez de un gran cráter (como el Cráter del Meteorito, en Arizona) o un rosario de pequeños cráteres (como el meteorito de Sikhote-Alin, en Rusia, o Campo del Cielo en Argentina), además existen árboles en el lago que aparentan tener más de cien años.


Descripción de los supervivientes.

Los supervivientes de la zona afectada por la explosión la describieron como un hongo gigante que se elevaba por los aires. Los animales huyeron, y las tiendas de los tunguses ubicadas a más de 50 km de distancia volaron por los aires.

Teorías.

El fenómeno de Tunguska alentó más de 30 hipótesis y teorías de lo ocurrido. La detonación, similar a la de un arma termonuclear de elevada potencia, ha sido atribuida a un cometa. Debido a que no se ha recuperado ningún fragmento, se maneja la teoría de que fue un cometa formado por hielo. Al no alcanzar la superficie, no se produjo cráter o astroblema.

Cometa.
Es la teoría más aceptada actualmente por los científicos. Un cuerpo celeste —un cometa pequeño o quizá sólo un fragmento— compuesto de hielo y polvo que estalló y posteriormente quedó completamente vaporizado por el roce con la atmósfera terrestre, permitiendo que todo el hielo se sublimara directamente a gas, que se dispersó por la atmósfera eliminando todo rastro de la explosión. Al observar los sismogramas del fenómeno Tunguska, estos corresponden a una explosión con una potencia de 30 megatones a 8 km de altura al ser comparados con los de explosiones nucleares aéreas. Según una hipótesis formulada en la década de 1930 por el astrónomo I. Astapovich y el meteorólogo F. J. Whipple, se trató del impacto de un pequeño fragmento de cometa cuyo núcleo, dada la masa estimada, habría debido tener un diámetro de varios centenares de metros. La cohesión del conglomerado que constituye el núcleo de un cometa es muy débil como para permitir su desintegración rápida en la atmósfera, ocasionando una gran explosión de gran magnitud al impactar contra el suelo y vaporizándose. La destrucción ocasionada se debería, fundamentalmente, a la onda de choque atmosférica y, secundariamente, a la onda térmica. La trayectoria de caída indica que el cometa procedía de una dirección muy próxima a la del Sol, dificultando su observación —como cuando ocurren los tránsitos de planetas interiores— y menos si hubiera agotado sus sustancias volátiles que producen su cabellera o cola, reduciéndose a un agregado inerte tal como un minúsculo asteroide. El día anterior a la explosión hubo una nutrida lluvia meteórica llamada táuridas, y el cometa 2P/Encke, fuente de la misma, se encontraba muy cerca de la Tierra.
Lo que vemos hoy del citado cometa es solo un fragmento de un cometa mayor que comenzó a desintegrarse hace unos 30.000 años, por lo que es muy probable que un trozo del mismo haya impactado en Tunguska.

Bomba de hidrógeno natural.
En 1989, los astrónomos D'Alessio y Harms sugirieron que parte del deuterio de un cometa que penetró en la Tierra podría haberse fusionado nuclearmente, dejando una «firma» distinguible en forma de Carbono-14 en la atmósfera. Concluyeron que la cantidad de energía nuclear liberada habría sido casi despreciable.
Independientemente, en 1990, César Sirvent propuso que un cometa de deuterio, es decir, un cometa con una concentración de deuterio anormalmente alta en su composición, podría haber explotado como una bomba de hidrógeno natural, generando la mayor parte de la energía liberada en la explosión. La secuencia habría sido, primero una explosión mecánica o cinética, e instantes después una explosión termonuclear generada por la primera explosión.
Ninguna prueba o sugerencia avala esta teoría.

Antimateria.
La antimateria se desintegra al chocar con la materia. Así pues, se tendría un rayo de energía durante todo el recorrido hasta el punto donde toda la antimateria se hubiera desintegrado. La única posibilidad de que se diera una formación similar sería que la antimateria hubiera caído en vertical, hacia el centro de la Tierra y se desintegrara por completo antes de llegar al suelo. No se conoce ningún proceso por el cual se pueda formar antimateria en medio del espacio. El espacio del sistema estelar no está por completo vacío —tiene una mínima densidad de hidrógeno—, así que tendría que haber una gran cantidad de antimateria para aguantar su viaje hasta la Tierra. Es imposible que existan objetos así, ya que su choque con el hidrógeno espacial, aún en su pequeña proporción, emitiría cantidades de energía significativamente perceptibles.

Tormenta magnética.
Aunque el fenómeno ha sido observado muchas veces, las tormentas magnéticas solo se producen en el seno de explosiones nucleares mucho mayores que ellas mismas. No hay rastros de ellas en Tunguska.
Vídeo de History Chanel que hace referencia al suceso.

Al día de hoy la controversia sobre el suceso continúa al no poderse determinar con certeza su causa. Otros eventos similares se han registrado en los últimos años, uno conocido como "el evento del mediterráneo oriental" ocurrida el 6 de junio del 2002.  fue una explosión aérea de alta energía ocurrida sobre el mar Mediterráneo (aproximadamente en 34°N y 21°E, entre Libia, Grecia y Creta) el día 6 de junio de 2002. La detonación, similar a la de una pequeña bomba atómica, ha sido atribuida a un objeto celeste no detectado durante su aproximación a la Tierra. El objeto se desintegró y sus fragmentos no se pudieron recuperar. Al no alcanzar la superficie y ocurrir sobre el mar, no se produjo cráter.
Al igual que ocurre en la teoría generalmente aceptada para el evento de Tunguska, el bólido —de unos 10 metros de diámetro— detonó en el aire debido a los poderosos desequilibrios térmicos producidos por la entrada en la atmósfera terrestre. La explosión fue detectada por numerosas estaciones sismográficas. La energía liberada se ha establecido, mediante medición por ultrasonidos, en aproximadamente 26 kilotones (el doble que la bomba atómica que EE. UU. detonó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, y más o menos como la bomba atómica detonada en Nagasaki, como una pequeña bomba nuclear moderna). Si hubiese explotado sobre zona habitada, las consecuencias habrían sido catastróficas.
Adicionalmente, en esos momentos India y Pakistán —dos naciones con armas nucleares— estaban en un elevado estado de alerta. Por tanto, el general estadounidense Simon Worden opinó que si el impacto hubiera sucedido en esa región o en sus proximidades, probablemente se habría confundido con un ataque, lo que hubiera iniciado una guerra nuclear entre ambos países. Puesto que el punto del impacto y la región en disputa de Cachemira se hallan a la misma latitud, este hecho no sucedió por escasas 3 horas dada la rotación terrestre.Esta idea de que un meteoro pudiera desencadenar una guerra nuclear fue propuesta con anterioridad por el divulgador científico Carl Sagan en su libro Cosmos de 1980.
El  otro conocido como el evento de Vitim o acontecimiento de Bodaybo fue una explosión de medio kilotón el 25 de septiembre de 2002 en la taiga próxima al río Vitim, cerca de la ciudad de Bodaibo, en el distrito de Mamsko-Chuiski de la Región de Irkutsk, Siberia, Rusia.
Se cree que fue provocado por el núcleo de un cometa de entre 50 y 100 metros de diámetro, compuesto de metales pesados que entraron en fisión al penetrar en la atmósfera terrestre. Se hicieron algunas tentativas para medir la magnitud de la explosión. Analistas militares de los EEUU la estimaron entre 0,2 - 0,5 kilotones, mientras que el físico ruso Andréi Oljovatov calculó que habría alcanzado los 4 ó 5 kilotones.
La información sobre el acontecimiento tardó una semana en aparecer en los medios de comunicación sociales y científicos. Inicialmente, nadie comprendió la magnitud de la explosión. Como suele ocurrir en estos casos, se han postulado hipótesis alternativas.


Archer 012



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