martes, 27 de noviembre de 2012

Una cabeza Romana en el México prehispano.

Cabeza de Tecaxic-Calixtlahuaca, de terracota encontrada en México con posible origen romano.Esta es una cabecita de terracota, descubierta en 1933, es un fragmento de una figura mas grande. Fue descubierta en 1933 en una tumba precolombina en la zona de Tecaxic-Calixtlahuaca en el valle de Toluca.




Descubierta por José García Payón, arqueólogo Jefe del Departamento de Arqueología del Gobierno del Estado de México.Entre 
los años 1930 y 1938 dirigió las primeras exploraciones científicas de la zona 
arqueológica de Tecaxic-Calixtlahuaca, muy cercana a la moderna ciudad de Toluca.En su trabajo en  Tecaxic-Calixtlahuaca  halló un extraño objeto.  



No sabemos el motivo exacto, pero su extenso trabajo arqueológico en esta zona, permaneció sin publicar y únicamente sacó a la luz algunos artículos breves sobre los entierros y la cerámica hallada, así como el primer tomo de los tres libros que iba a dedicar a esta zona. En ese único libro, curiosamente no figura ninguna información sobre sus excavaciones arqueológicas, limitándose a ofrecer información etnohistórica del Valle de Toluca.
En el año 1933 tiene lugar un hallazgo sobre el cual no realizaría ningún informe oficial, sino hasta el año 1961, o sea, casi 30 años después de su descubrimiento. En ese año publica un breve informe del hallazgo en el boletín del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. En su informe titulado “Una cabecita de barro, de extraña fisonomía”.

“A fines del año de 1933 emprendí la exploración del montículo 6 de la zona arqueológica de Tecaxic-Calixtlahuaca, en el Valle de Toluca; durante el curso de los trabajos se demostró que esta plataforma contenía tres superposiciones. Como la última o tercera época se halla más elevada que las anteriores, decidí llevar a cabo una exploración desde encima para ver si era posible encontrar los vestigios arquitectónicos correspondientes a las dos épocas constructivas anteriores.”

José García Payón continúa su artículo describiendo con todo detalle, como progresó la exploración arqueológica donde, posteriormente, apareció un extraño objeto:

“Después de remover una gruesa capa de tierra, encontramos dos pisos superpuestos separados entre sí por una capa de 20 cm. de tierra (...) Atravesamos los dos pisos y continuamos bajando, encontrando a poco el 
piso de la segunda época (...) lo atravesamos, y entre dicho piso y el de la primera época encontramos dos entierros por cremación con cerámica y un buen número de artefactos correspondientes al periodo Azteca-Matlazinca.”

A continuación pasa a enumerar todos los objetos que halló asociados a esos entierros y donde escribe en mayúsculas, el hallazgo tan peculiar que realizó:

“Entre ellos, además de varias piezas de cerámica, dos brazaletes de concha, un pectoral del mismo material, una cuenta de azabache, cuatro cuentas de barro recubiertas por una delgada lámina de oro, cuentas de cristal de roca y una cabeza de ocelotl del mismo material, una pipa, una plaquita de oro, un fragmento de tubo de cristal de roca, resto de mosaicos de turquesas, unas cabecitas de cobre, dos sellos de barro, apareció UNA CABECITA DE BARRO DE EXTRAÑA FISONOMÍA, de 2.5 cm. de diámetro.”

¿Qué movió a José García Payón a escribir este articulo 30 años después de su descubrimiento?. ¿Qué era exactamente esa cabecita de barro?. Ciertamente no había estado oculta, pues ya en 1959 el etnólogo austriaco Robert von Heine-Geldern había comentado la importancia de ese hallazgo. En 1960 el arqueólogo alemán Ernst Boehringer sugiere que la cabeza es de origen romano y concretamente de los siglos  o III d.C. Un año antes de la publicación del artículo, en 1960, se discutió si el hallazgo podría considerarse como verdadero o no en el XXXIV Congreso Internacional de Americanistas que tuvo lugar en Viena, donde se puso en tela de juicio su veracidad.
Quizás motivado por los comentarios allí vertidos, José García Payón se vio casi obligado a escribir este artículo para, al menos, no dejar lugar a dudas de que el hallazgo se produjo en un entorno arqueológico totalmente controlado. 
El artículo de José García Payón continúa describiendo de dónde está extrayendo estos datos, ya que, como hemos comentado, escribía casi 30 años después de su descubrimiento: 

“Estos datos los estoy extractando de mi manuscrito (Segundo tomo) 341 y 342 sobre la zona arqueológica de Tecaxic-Calixtlahuaca que ha permanecido inédito. Durante varios años conservé esta cabecita en mi poder y sólo la mostré a contadas personas que la tomaban como una curiosidad".

Estractos de información extraída de una Entrevista con el Arqueólogo del Instituto de Estudios de América Latina de la Universidad de Texas en Austin, Romeo H. Hristov quien es Arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México y Doctor en Arqueología Prehistórica por la Universidad de Salamanca en España y actualmente es investigador visitante del Instituto de Estudios de América Latina de la Universidad de Texas en Austin.
 Puede que sea una de las pocas personas que ha intentado estudiar desde un punto de vista científico, la posibilidad de los contactos transoceánicos en tiempos prehispánicos y ha realizado un gran esfuerzo para dilucidar la veracidad del hallazgo de la cabeza romana de Calixtlahuaca.
En el año 1995 mediante la técnica de la termoluminiscencia, establece que la pieza está facturada entre el siglo IX a.C. y la mitad del siglo XIII d.C. lo que, pese al amplio margen existente, demuestra que la pieza efectivamente corresponde al periodo prehispánico de México.
Bernard Andreae, Director Emérito del Instituto Alemán de Arqueología Romana, declaró que: 

“es sin duda romana, y el análisis de laboratorio han confirmado que es antiguo. El análisis estilístico nos dice más precisamente que es una obra romana del siglo II d.C. y el peinado y la forma de la barba presenta los rasgos típicos del periodo de los emperadores Severianos (193-236 d.C.), exactamente en la ‘moda’ de la época."

En una entrevista que se realiza al  Dr H .Hristiv y respondiendo a la pregunta a continuación: 
Según los estudios que ha realizado, ¿qué grado de confiabilidad podemos tener de que la cabeza sea realmente de la época romana y que se haya encontrado en un contexto prehispánico?
Romeo H. Hristov: "Desde las primeras discusiones de este hallazgo durante el XXXIV Congreso Internacional de Americanistas en 1960, varios especialistas de la arqueología Mesoamericana (Gordon Ekholm, Jose Alcina Franch y David H. Kelley, entre otros) han considerado la cabecita de Tecaxic-Calixtlahuaca como una de las evidencias Mesoamericanas más confiables acerca de la existencia de contactos transoceánicos precolombinos. El análisis de Termoluminiscencia y los estudios complementarios sobre su estilo y el contexto donde ésta fue hallada han venido a reforzar dicha opinión. Por otro lado, como suele suceder con los datos controvertidos, éste hallazgo también fue objeto de varias críticas cuya competencia e imparcialidad han variado considerablemente. Las dos principales objeciones han sido que se puede tratar de una intrusión colonial o reciente dentro del contexto prehispánico; sin embargo, ambas sospechas tienen que ver mas con las emociones subyacentes de la polémica que con cualquier dato verificable."


Fuente: www.aztlanvirtual.com




Archer 012

























1 comentario:

  1. Genial artículo... en este momento me encuentro laborando en la UAEM, en una unidad a un kilómeto y medio de la zona arqueológica de Calixtlahuaca. Ya había escuchado ésta historia en particular pero no había encontrado una referencia con argumentos sólidos y formalmente presentada. ¿En dónde se encuentra la cabeza en cuestión? Saludos!

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